Henry constituye un robot sexual hiperrealista cuyo fin no es sólo satisfacer a sus clientes en la cama.
El usuario puede ajustar la personalidad del muñeco por medio de una aplicación (app), que permite incluso que te cuente un chiste o te recite un poema, además de regular el pene de este excéntrico robot.
¿Quién necesita un androide de este tipo?
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